Una amplia mayoría de los antiguos alumnos de Religión reconoce hoy que aquellas clases lo han influido en su crecimiento personal, en su vida en general y también en su desarrollo profesional.
El impacto de la asignatura de Religión también se percibe en algunos aspectos muy vinculados a sus finalidades educativas. El 67,5 % de los antiguos alumnos aprecia en la actualidad que las clases de Religión recibidas en su etapa escolar contribuyeron a desarrollar su pensamiento crítico. Otro indicador positivo del impacto formativo de las clases de Religión es que el 77 % de los que han respondido valora hoy que aquella formación religiosa lo ayudó a desarrollar una mayor sensibilidad hacia las personas que sufren.
Los antiguos alumnos también recuerdan muy bien a sus profesores de Religión. Más de dos terceras partes los identifica como personas cercanas y preocupadas por el alumnado.